No hay nada como desconectarse para volver a conectarse. Como un terminal cualquiera que debes apagar para resetear y optimizar su funcionamiento
Foto de Ervin.fonDe eso va la vida, de vivir experiencias y resetearnos
Lo he dicho más de una vez y creo recordar que con estas mismas palabras
Nos resistimos tanto a las contingencias y los infortunios del destino que muchas personas tienden a pensar que son víctimas de algún tipo de castigo de los dioses, sin alcanzar a comprender que solo los árboles pueden crecer fuertes con el viento y que ningún marinero se hizo experto con un mar en calma
Por eso no temas las caídas, teme no querer levantarte más y sobre todo teme no aprender a asumir responsabilidades
Sé que hay experiencias que duelen. Dicen, que la peor es la pérdida de un ser querido por un adiós definitivo marcado por la muerte o por un adiós forzado por una traición, más cuando en la distancia puedes observar que lo que decían era verdad no lo era y lo que decían no hacer lo hacen y hacían, desvelando las reglas del juego, aquellas que permanecían ocultas, como sus protagonistas, ahora rostros sin máscaras, ni valores
Pero, ¿sabes qué? Te lo digo a ti si lo estás viviendo, hay algo trágico en las despedidas definitivas y solo queda superarlo y hay algo mágico en las decepciones; es la vida susurrándote al oído lo auténtico, despejando el camino de maleza, preparándote para la emoción de un nuevo comienzo, recordándote la valentía de las heridas sanadas y el orgullo de la honestidad por bandera
Porque esos rostros volverán a tener máscaras y a carecer de valores
Mientras, tú, serás más fuerte, más auténtico, más auténtica
Y habrás aprendido que las decepciones son solo lecciones y que el aceite jamás se juntará con el agua por mucho que lo quieras